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San Patricio

San Patricio
nombre: San Patricio
título: Obispo
recurrencia: 17 de marzo




El lugar en donde se desarrolló la labor de San Patricio fue la parte más remota del mundo que entonces se conocía. La semilla que él plantó en la lejana Irlanda, la cual antes de que él llegará era pagana, produjo una rica cosecha : colonias enteras de santos y misioneros surgirían después de él para servir a la iglesia irlandesa y para extender el cristianismo a otras tierras. Si su lugar de nacimiento, un pueblecillo llamado Bannavem Taberniae, estaba cerca de DunbartonontheClyde, o en Cumberland, o en la desembocadura del Severn o incluso en Cana, cerca de Boloña, es algo que nunca ha podido determinarse y realmente no tiene mayor importancia. Lo que sabemos con certeza es que Patricio era de origen romanobritánico y que nació hacia el año 389. Su padre, Calpurnius, era diácono; su abuelo fue sacerdote, pues en esos tiempos no se había impuesto al clero ninguna ley estricta de celibato. El nombre completo de Patricio fue, probablemente, Patricius Magonus Sucatus.

Su breve Confesión nos da algunos detalles de sus primeros años. A los quince cometió una falta ?si bien no nos dice cuál? que le ocasionó gran sufrimiento durante el resto de su vida. A los dieciséis, según nos dice, todavía «no conocía al verdadero Dios». Dado que había nacido en el seno de una familia cristiana, debemos pensar que con esto se refería a que no se preocupaba gran cosa de la religión o de los sacerdotes. Aquel mismo año Patricio y varios otros fueron hechos prisioneros por piratas para venderlos como esclavos en Irlanda. En un principio se creyó que sus seis años de cautiverio los pasó cerca de Ballymena en County Antrim, en la ladera de la montaña que ahora se llama Slemish; pero posteriores opiniones nombran a Fochlad o Focluth, en la costa de Mayo. Si este último punto de vista es correcto, Croachan Aigli o Croag Patrick, escenario de su prolongado ayuno, fue también la montaña en la cual, durante su juventud, vivió solo ccri Dios, guardando las manadas de puercos o ganado de su amo. Fuese donde fuese, él mismo nos dice que «constantemente solía rezar durante el día. El amor a Dios y el temor a Él iban en aumento y mi fe creció y mi espíritu estaba agitado de tal modo que en un solo día decía más de cien oraciones y otras tantas durante la noche y solía quedarme afuera, en los bosques y en la montaña. Antes del alba me levantaba para orar, con nieve, helada o lluvia y no había en mí la tibieza que ahora siento, pues mi espíritu estaba lleno de fervor».

Pasado un tiempo oyó una voz en sueños que le aconsejaba que recobrara la libertad y regresara a su lugar de nacimiento. Instado de tal modo, huyó de su amo y viajó hasta llegar a un puerto en donde un barco estaba a punto de zarpar. El capitán se negó a darle pasaje en un principio; pero, después de que Patricio oró a Dios en silencio, los marinos paganos le llamaron y en su compañía empezaron la peligrosa jornada. Estuvieron tres chas en el mar y cuando tocaron tierra tuvieron que viajar durante un mes a través de una región del país inhabitada, en donde los alimentos eran escasos. Patricio escribe:

«Y un día el capitán del barco me dijo: «¿Como es esto, cristiano? Tú dijiste que tu Dios era grande y todopoderoso. ¿Por qué, entonces, no rezas a Él por nosotros, pues estamos en peligro de perecer de inanición? Es posible que no volvamos a ver a un ser humano.» Entonces yo les dije sencillamente: «Volveos de toda fe y con todo vuestro corazón hacia el Señor, mi Dios, a quien nada es imposible, para que este mismo día os envíe alimento para la jornada hasta que estéis satisfechos, pues Él tiene abundancia de todo.» Y, con la ayuda de Dios, sucedió así. He aquí que una manada de puercos apareció ante nosotros, y mataron a muchos de ellos. Y allí se quedaron dos noches; y estaban bien refrescados y sus perros saciados, pues muchos de ellos se habían desmayado y habían sido abandonados medio muertos en el camino. Después de esto dieron gracias a Dios de todo corazón y yo fui honrado a sus ojos, desde ese día tuvieron comida en abundancia.»

Por fin llegaron ante viviendas humanas, si bien no sabemos si era en Inglaterra o en Galia. Cuando Patricio fue devuelto a su familia le hicieron una cariñosa bienvenida y le instaron para que se quedase entre ellos. Pero él sentía que debía marcharse. Aunque no hay certeza en cuanto al orden de los sucesos que siguieron, parece ser que Patricio pasó muchos años en Galia. El profesor Bury, autor de la conocida Vida de San Patricio, cree que el santo se quedó durante tres años en el monasterio de Lerins, en unz pequeña isla cerca de la costa de la moderna Cannes, en Fraacia, y que pasó unos quince años en el monasterio de Auxerre, en donde fue ordenado. El prestigio y autoridad posteriores de Patricio indican que fue preparado eficientemente para aquella tarea.

Llegamos ahora al apostolado de Patricio. En esa época el pelagianismo 1 se extendía entre las comunidades cristianas, débiles y esparcidas, de Britania y de Irlanda, y el Papa Celestino I había enviado allí al obispo Palladius para que lo combatiera. Este misionero fue muerto entre los escoceses, en el norte de Inglaterra, y el obispo Germanus de Auxerre recomendó que fuera reemplazado por Patricio. Éste fue consagrado en el año 432 y marchó en seguida para Irlanda. Cuando queremos seguir el desarrollo de su actividad en el país que fuera el de su cautiverio, quedamos confundidos por los datos contradictorios que nos dan sus biógrafos; todos ellos se señalan por su enorme vaguedad, tanto en lo que se refiere a la geografía como a la cronología. Según la tradición, desembarcó en Inverdea, en la desembocadura del río Vautry, y de inmediato siguió viaje hacia el Norte. Un cronista relata que cuando se hallaba en las cercanías del lugar en donde había sido guardador de puercos, el amo que lo tuviera cautivo, sabedor del regreso de Patricio, prendió fuego a su casa y pereció entre las llamas. Hay base históricas para asentar la estancia preliminar de Patricio en Ulster, así como la fundación que hiciera allí de un monasterio. Fue en esa época cuando marchó para ganar el favor y apoyo del poderoso rey pagano Laeghaire, cuya corte estaba en Tara. Probablemente las historias que relatan el encuentro de Patricio con los sacerdotes druidas del rey se forjaron en años posteriores; nos hablan de juicios de ingenio y de fuerza en los cuales el santo ganó grandes victorias sobre sus adversarios paganos. El resultado fue la tolerancia real para su predicación. El texto del Senchus More, el viejo código de leyes irlandés, aunque es de fecha posterior menciona un acuerdo al que se llegó en Tara. Se permitió que Patricio predicara a la gente y «cuando el pueblo vio que Laeghaire y sus druidas eran sobrepasados por los grandes signos y milagros acaecidos en presencia de los hombres de Erin, se inclinaron en obediencia de Dios v de Patricio».

Parece ser que el rey Laeghaire no se hizo cristiano, pero su bardo principal, así como sus dos hijas, se convirtieron, al igual que un hermano suyo, el cual dio toda su propiedad a Patricio para la fundación de una iglesia. Desde entonces el apostolado de Patricio, si bien llevado a cabo entre inconvenientes y con frecuencia en medio de peligros, fue favorecido por muchos jefes del país. Los druidas se le opusieron, pues sentían que su propio poder y posición se debilitaban. Combinaban varias funciones a la vez : eran profetas, filósofos y sacerdotes; hacían de consejeros de los reyes y servían como jueces y maestros; conocían el curso de los astros y las propiedades de las plantas. Ahora empezaban a darse cuenta de que la religión que representaban estaba condenada. Aun antes de que los misioneros cristianos llegaran en masa era corriente entre los druidas una curiosa profecía, que se hallaba escrita en uno de sus antiguos textos : «Cabeza de azuela [nombre que puede sugerir la forma de la tonsura de los monjes] vendrá, con su gente de cabezas encorvadas y con su casa [la palabra casulla también significa casa pequeña] horadada para su cabeza. Cantará impiedad desde la mesa al este de su casa. Toda su familia contestará : Amén, amén. Cuando, por ello, todas estas cosas sucedan, nuestro reino, que es pagano, no permanecerá.» En realidad, los druidas siguieron existiendo en la Irlanda cristiana, si bien con nombre distinto y pequeño campo de actividad. Lograron aprisionar a Patricio en varias ocasiones, pero él siempre logró escapar.

En el año 439, tres obispos, Secundinus, Auxilius e Iserninus, fueron enviados desde Galia para ayudar a Patricio. Benignus, jefe irlandés convertido por Patricio, fue su discípulo predilecto, su coadjutor en la silla episcopal de Armagh y finalmente su sucesor. Una de las victorias legendarias de Patricio es la que logró sobre el ídolo de Crom Cruach en Leitrim, en donde más adelante edificó una iglesia. Volvió a viajar por Ulster para predicar y fundar monasterios, así como en Leinster y Munster. Estas caravanas de misioneros debieron impresionar a la gente, ya que tenían el aspecto de todo un pueblo en movimiento. La enorme y larga fila de carretas y carros tirados por bueyes transportaba las pertenencias del culto, así como alimentos, equipo, utensilios y armas que requería el grupo de ayudantes que acompañaba al que los dirigía. Constaba de los ayudantes de los sacerdotes, cantores y músicos, los cocheros, cazadores, leñadores, carpinteros, albañiles, cocineros, caballerizos, tejedoras y bordadoras y muchos más. Cuando la caravana se detenía en un lugar escogido, el pueblo se reunía, se ganaban conversos, y poco después una capilla o iglesia, junto con sus edificios anexos, quedaba construida y amueblada. De esta manera se creaban nuevas avanzadas en la ludia contra el paganismo. Las jornadas solían ser peligrosas. Una vez Odrhan, el carretero de Patricio, como si lo supiera de antemano, pidió que le dejaran tomar el lugar de su jefe mientras que Patricio sostenía las riendas.

Hacía poco que viajaban de este modo cuando el leal Odrhan fue muerto por una lanza, la cual, sin duda, iba dirigida a su amo. Hacia el año 442 nos dice la tradición que Patricio marchó a Roma y se encontró con el Papa León el Grande, quien, al parecer, tenía interés especial por la Iglesia irlandesa. Ahora había llegado el tiempo de una organización definida. Según los anales de Ulster, la iglesia catedral de Armagh fue fundada como la silla episcopal primada de Irlanda al regresar San Patricio. Consigo trajo valiosas reliquias. El latín se estableció como idioma de la Iglesia irlandesa. Hay mención de un sínodo reunido por Patricio, probablemente en Armagh. Las reglas que entonces se adoptaron todavía subsisten, quizá con algunas interpolaciones posteriores. Se cree que este sínodo se reunió poco antes de que finalizara el trabajo de San Patricio sobre la tierra. Indudablemente ya entonces su salud estaba quebrantada, pues tantas austeridades y ayunos constantes debían haber debilitado la constitución más fuerte. La historia de su ayuno de cuarenta días en Croagh Patrick, así como la de los privilegios que obtuvo mediante sus oraciones, también está asociada con el final de su vida. Tirechan lo relata así : «Patricio subió hasta la cúspide del Monte Agli y allí se quedó durante cuarenta días y cuarenta noches, y los pájaros eran para él una molestia, y no pudo ver la faz de los cielos, de la tierra o del mar por causa de ellos; pues Dios dijo a todos los santos de Erin, pasados, presentes y futuros, que acudiesen a la cima de la montaña ?esa montaña que sobrepasa a todas las otras y que es más alta que todas las montañas del Oeste? para que bendijesen a todas las tribus de Erin, de modo que Patricio pudiera ver el fruto de sus trabajos, ya que todo el coro de santos llegóse allá a visitarlo, a él que era padre de todos ellos.»

En todas las biografías antiguas del santo, lo maravilloso siempre está presente. Afortunadamente, tenemos tres de los escritos de Patricio que nos ayudan a ver el hombre que era. Su Confesión es un breve boceto autobiográfico; la Lorica, también conocida como El canto de los ciervos, es un canto extraño que reproducimos en las siguientes páginas. La Carta a Coroticus es una acusación contra el rey británico de este nombre que había saqueado la costa irlandesa y matado a muchos cristianos conversos cuando iban a ser bautizados; Patricio instó a los súbditos cristianos de este rey para que no tuviesen trato con él hasta que hubiese reparado el ultraje. En sus escritos, Patricio muestra sus ardientes sentimientos humanos v su intenso amor a Dios. Lo que había de más humano en el santo, y al mismo tiempo más divino, se muestra en este pasaje de su Confesión:

«En mí no había ninguna gracia, pero Dios me conquistó y Él resistió a todos, de modo que yo vine a la pagana Irlanda para predicar el Evangelio y soportar los insultos de los descreídos, para oír reproches por salir afuera y soportar muchas persecuciones, hasta la prisión, de modo que yo rendía mi libertad, como hombre de libre condición, para el provecho de los demás. Y si yo fuera hallado digno de ello, estoy dispuesto a dar hasta mi vida por Su Nombre, sin titubeos y con alegría, y aquí (en Irlanda) deseo quedar hasta que muera, si Nuestro Señor me lo permite.»

La maravillosa cosecha de Patricio le colmó de gratitud. Durante su apostolado de treinta años se sabe que llegó a consagrar unos 350 obispos y fue causa de que la fe llegase a muchos miles de personas. Escribe : «Por cuyo motivo aquéllos en Irlanda que nunca habían tenido el conocimiento de Dios, sino que hasta ahora adoraban ídolos y abominaciones, de ellos ha sido preparado últimamente un pueblo del Señor, y se llaman hijos de Dios. Los hijos e hijas de los jefes se hacen monjes y vírgenes de Cristo.» Y, no obstante, la hostilidad y la violencia existían aun, ya que posteriormente el santo escribe : «A diario espero sea una muerte violenta, o robo y vuelta a la esclavitud o cualquier otra calamidad». Y añade, como buen cristiano que era : «Yo me he puesto en las manos de Dios Todopoderoso, pues Él gobierna todas las cosas».

Patricio murió hacia el año 461 y fue enterrado cerca de la fortaleza de Saul, en las cercanías de la futura catedral de la ciudad de Dolvn. Fue una personalidad magnética e intensamente espiritual provista de grandes dotes de acción y de organización. Hizo que Irlanda estableciera un contacto más estrecho con Europa, especialmente con la Santa Sede. La organización de las débiles comunidades cristianas que él hallara a su llegada y la implantación de la fe en regiones nuevas, le han ganado el título de patrón de Irlanda. Su día de fiesta es festividad muy observada. Los emblemas de Patricio son una serpiente, demonios, cruz, trébol, arpa y una pila de bautismo. La historia que relata cómo hizo huir a las serpientes de Irlanda no tiene base, y el cuento del trébol usado como símbolo para explicar la Trinidad, es un relato añadido en fechas posteriores.

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