San SEBASTIÁN Martirizado en Roma a principios del siglo IV. Además de los músicos (Debussy) y los poetas (D'Annunzio), los pintores lo han tomado con frecuencia como fuente de inspiración; entre otros, Memling, Van Dyck, Mantegna, Tiziano, Bellini, Perugino, Caravaggio, Pinturicchio, G. de la Tour, Le Sueur, Corot y Delacroix. Apenas sabemos de él que murió en Roma en defensa de la fe, que fue enterrado en la Via Apia (Roma), y que tanto en Roma como en Cartago y en Milán era venerado ya en el siglo IV. Fue en el siglo VI cuando se inventaron las circunstancias de una pasión cuyos detalles han retomado los artistas a través del tiempo.
Originario de Milán, se dice, Sebastián era un apuesto joven y militar brillante, que ocupaba su ocio en rescatar cristianos. Estando en Roma cuando se juzgaba a los hermanos Marcos y Marcelino, fue a verles a la cárcel, hablándoles de Cristo con tal sabiduría que muchos se convirtieron tras escucharle: Tranquiliano, padre de los dos hermanos; Nicostrato, oficial del juez: Claudio el carcelero y hasta trece paganos más. Incluso Cromacio, gobernador de Roma, que pasaba casualmente por el corredor, abrazó la fe y se aprestó a soltar a los prisioneros cristianos.
Con la vuelta de Diocleciano a la Ciudad Eterna, se reanudó la persecución y no pocos de los nombrados perecieron. Entretanto Sebastián se ocupaba de sosegar sus últimos días. Diocleciano lo acababa de nombrar capitán, pero se enteró de estos quehaceres y lo entregó a sus arqueros que lo ensartaron una y otra vez hasta que cayó a los pies del poste al que lo habían atado.
No obstante, Sebastián sobrevivió, como comprobó una piadosa viuda de nombre Irene cuando vino a recoger su cuerpo para enterrarlo. Llevó al mártir a casa, lo curó y le recomendó que no se dejase ver. Animado por un celo creciente, Sebastián quiso salirle al paso al emperador, exigiéndole la liberación de los cristianos. Diocleciano se sorprendió al ver resucitado a su capitán, pero sobre todo se enfureció, exasperado por la insolencia. Ordenó que esta vez lo mataran a palazos como a un perro y que lo echaran a un albañal.
San FABIÁN Era laico cuando fue nombrado obispo. Ocupó la cátedra de san Pedro durante catorce años (236250), y sufrió el martirio bajo el emperador Dedo. Fue enterrado en las catacumbas de Calixto (Roma).
Lascia un pensiero su Santos Fabián Papa y Sebastián
-El Jueves Santo Ultima cena del SeñorEl jueves Santo se celebra el ritual de la bendición de los aceites santos durante la Misa de la Crisma recordando la última Cena del Dios y empezando...
-El Viernes Santo La Pasión del SeñorLa Iglesia con la meditación de la pasión del Cristo y con la adoración de la Cruz conmemora su origen de la cadera del Dios, que intercede por la salvación...