Nacido en Autun; muerto en Saint-Didier-sur-Chalaronne el 23 de mayo del 607.
Obispo de Vienne a partir del 595 como muy tarde. Gobernaba entonces Austrasia una mujer horrible, Brunehaut, a expensas de su nieto Teodorico II, rey nominal que contaba sólo con quince años. Como Desiderio alzaba la voz conta los estupros y escándalos de la corte, Brunehaut convocó un concilio en Chalons para hacerle callar (602). Desiderio se enfrentó a las acusaciones de una tal Justa, que se quejaba de haber sido violada por él, y de un tal Protadio, criado de Teodorico, que juró haber sido testigo del hecho. Esto fue suficiente para que lo depusieran los padres conciliares; Desiderio emprendió el camino del exilio. Sucedió, sin embargo, que tres años más tarde, Protadio y Justa murieron de forma extraña. La reina vio en ello un castigo divino y, temiendo que le ocurriera lo mismo, restituyó su sede al desterrado. Éste volvió a amonestar a la criminal que continuaba sus fechorías y matanzas. Esta vez no fueron los obispos, sino los soldados a quienes se les encargó reducirlo al silencio. Fueron a sacar a Desiderio de su catedral en pleno oficio, lo llevaron hasta la ciudad actual de Saint Didier-sur-Charalonne, y lo lapidaron.
Seis años más tarde, Lotario II, rey de Neustria, mandó atar a Brunehaut de cabeza, brazos y piernas a la cola de un caballo. Así acabó su carrera la asesina de Desiderio, a la edad de ochenta años.
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