Se dice que era obispo de Terni y que, tras cincuenta años en el puesto, gozaba de una merecida reputación de taumaturgo. Cierto día le visitó el filósofo romano Critón y le pidió que salvara a su hijo. «Iré si me prometes que tú y los tuyos os hacéis seguidores de Cristo», dijo el anciano. Gritón lo prometió y Valentín curó al enfermo. Acto seguido, la familia entera se convirtió. Enterado del milagro, el prefecto romano Abundio mandó que mataran a Valentín'.
-Santa Lucilla de Roma Vírgen y mártirLucilla nació al alba de la era Cristiana, cuando quién llevó la luz de la nueva fe fue perseguido por los que la habrían querido apagar, convirtiendo...
-Todos los santos Yo creo que los santos son nuestros amigos por dos razones. La primera es que el tiempo que nos separa de ellos no es para tanto. Nuestra vida es reducida;...